En una ciudad donde los restaurantes griegos suelen confundirse entre slogans turísticos y fotos de Mykonos, Elia Estiatorio parece haber entendido que el Mediterráneo también se cocina con silencios, técnica y memoria.
Ubicado en Santa Fe —esa zona donde todo parece diseñado para el tránsito y poco para la permanencia—, este restaurante logra lo que muchos no se atreven: poner el acento en el producto y no en la postal. La bienvenida no es estridente, pero sí cuidada. Y si cerraras los ojos, podrías sentirte frente al mar Egeo sin necesidad de decorados folclóricos.
Un estiatorio no es una taberna ni una cadena de gyros. Es el equivalente griego de un restaurante formal, donde la experiencia gira en torno al producto fresco, la preparación precisa y el respeto por los sabores originales. En lugar de adornarse con clichés turísticos, un estiatorio busca mantener la esencia de la cocina helénica sin perder sofisticación. Y en ese sentido, Elia lo logra: rescata la tradición y la aterriza en un centro comercial sin que se sienta incongruente.
El recorrido inició con una ensalada griega de vegetales frescos, aceitunas Kalamata y un queso feta que no intenta suavizarse para agradar paladares temerosos. La textura es firme, el sabor, auténtico. La berenjena tempurada —con una fritura tan ligera como precisa— pertenece a esos platos que te hacen pensar en volver antes de terminar el primer bocado.
Pero lo más interesante está en una esquina del salón: The Market. Ahí, sobre hielo, se exhiben piezas de pesca nacional e importada: róbalo, pargo, lubina, atún, callo de hacha. La selección cambia según el día, y el cliente puede escoger su pieza para que se la preparen al momento. Es un gesto honesto en tiempos donde muchos restaurantes ocultan la procedencia de sus productos.
El callo de hacha, escogido directamente de esa vitrina transparente, llegó apenas marcado al fuego. La cocción justa y la temperatura ideal permitieron que el dulzor del molusco se expresara sin distracciones. Sin mantequillas invasivas, sin cítricos exagerados. Solo producto, técnica y respeto por lo que el mar entrega.
El pescado a la sal confirma que aquí entienden los tiempos de cocción. La preparación fue pareja, con carne jugosa y piel dorada. Pero lo que sostiene el plato no es solo la técnica, sino la salsa que lo acompaña: un equilibrio entre acidez y cremosidad que conviene guardar hasta el último bocado.
El ceviche de robalo tiene buena intención aunque le vendría bien una pesca más tersa. Da la impresión de querer sorprender, pero se queda en territorio conocido sin arriesgar lo suficiente.
Los cocteles de la casa cumplen su papel sin robar protagonismo. El que lleva ginebra y lavanda, por ejemplo, no busca deslumbrar con pirotecnia líquida. Refresca, limpia el paladar y acompaña la berenjena como si hubiera nacido para eso.
La atención no se impone. Se aparece cuando hace falta. Y eso, en estos días de servicio invasivo y explicaciones innecesarias, es lujo puro.
Para cerrar, el helado de quesos griegos hecho en casa: textura cremosa, dulzor equilibrado y una leve salinidad que lo convierte en final memorable. Mejor aún si se acompaña de un carajillo preparado con café descafeinado, un detalle para aquellos con sueño espantadizo que habla del cuidado en los detalles.
Elia no juega a ser Atenas. Y en ese desprendimiento encuentra su mayor acierto. Mientras otros restaurantes griegos de la ciudad se disfrazan de tavernas turísticas, este estiatorio apuesta por la sustancia sobre la superficie. Es cocina griega que no necesita explicarse con manteles azules y blancos.
Elia Estiatorio ★★★
- Ubicación: Paseo de los Tamarindos 90
local PB-15, Bosques de las Lomas, 05120 CDMX - Teléfono: +525515472678
- Especialidad: Cocina griega contemporánea
- Rango de precios: $1500 a 2000 por persona
- Destacado: The Market y pescado a la sal
- Para: Cenas de negocios, románticas o cuando se busca cocina mediterránea sin artificios
★: Insuficiente o sin propuesta clara
★★: Correcto, pero sin profundidad
★★★: Buen nivel, con propuesta definida.
★★★★: Muy recomendable, con identidad sólida y ejecución destacada
★★★★★: Excepcional, con impacto, coherencia y vocación cultural