★★★★☆ (4 estrellas — Propuesta sólida y necesaria)
Dirección: Canal de Miramontes 2796, Coapa, Ex-Ejido de San Pablo Tepetlapa, Coyoacán, 04830 Ciudad de México, CDMX
Desde hace unos años, Sal e Brasa entendió algo que a muchas churrascarías en México les cuesta: que esto no va de ver quién trae el corte más caro ni la espada más alta, sino de servir buena carne, rápido, caliente y con intención. Y ahora, con su nueva sede en Coapa, el grupo restaurantero intenta algo que parece sencillo pero pocos ejecutan: replicar su fórmula sin convertirla en franquicia de manual.

El lugar es distinto a su sucursal original. Aquí hay un guiño más moderno en la decoración, tonos más cálidos, un intento claro por hacer que la experiencia sea más cercana que grandilocuente. Se agradece. La zona lo pide y lo justifica. Para quienes vivimos cerca, este es —literalmente— el Sal e brasa que mejor queda. Y eso importa más de lo que uno cree: ir a comer carne con frecuencia es un acto práctico antes que aspiracional.
La carta ronda lo conocido y lo confiable: cortes bien ejecutados, sin inventos innecesarios. Aquí se viene a lo que se viene: buffet de carnes. Rib eye, picaña y chorizo que no presume, pero cumple. La rotación es generosa, sin ese juego incómodo de “¿le traigo algo más pequeño?” que algunos meseros usan para racionar el espadón. Aquí las porciones llegan completas, y si levantas la ceja, repiten. Es churrasco para comer hasta que el cuerpo diga basta —no para subirlo a Instagram y fingir que todavía aguantas otro pase.

La calidad está. Se nota en el punto de cocción, en la grasa bien rendida, en la jugosidad que no depende de estar bañando la carne en mantequilla. Sal e brasa sabe lo que vende y no lo disimula: proteína correcta, servicio rápido y una fórmula que no necesita discursos épicos para funcionar. No es la mejor churrascaría del mundo. Tampoco lo pretende. Pero ofrece algo que otras no logran sin elevar la cuenta: producto honesto y suficiente.
El plus está en lo inesperado, y ahí Coapa sonríe. Langostinos incluidos —no como “extra premium” disfrazado de cortesía—, pulpo y camarones que aparecen sin pedir la tarjeta platino. El especial del mes es lechón, jugoso y con piel que cruje con disciplina militar. Uno se pregunta cómo lo logran sin inflar el precio. Quizá el secreto está en no engañar a nadie: pagas lo que comes, comes lo que sabes, y sales satisfecho.

¿Perfección? No. Los postres podrían arriesgar más; el espacio, aunque agradable, juega más seguro que memorable. Pero nada que empañe el mensaje central: Sal e brasa Coapa funciona porque entiende que la gastronomía no necesita poesía para ser disfrutable.
Sales con olor a brasa, con la camisa media apretada y con la certeza de que el dinero estuvo bien invertido. No por ostentación, sino por retorno. Carne que cumple, extras que sorprenden, servicio que no molesta. Cuatro estrellas sólidas. Y quién sabe, quizá con el tiempo la quinta se acerque si deciden afilar la propuesta.

A veces basta con hacerlo bien. Sal e brasa Coapa lo hace.
Sal e brasa Coapa
Calificación: ★★★★☆ (4 estrellas — Propuesta sólida y necesaria)
Dirección: Canal de Miramontes 2796, Coapa, Ex-Ejido de San Pablo Tepetlapa, Coyoacán, 04830 Ciudad de México, CDMX
Precio promedio por persona: $$
Lo imperdible: langostinos incluidos, lechón del mes, picaña bien ejecutada
Extras incluidos sin sobreprecio: pulpo, camarones, langostinos (rotan como especiales)
Para quién es: carnívoros constantes, grupos, antojo de churrasco sin pretensión ni sobreprecio
Para quién no es: quienes buscan show, glamour o espectáculo
Visita realizada: (agrega tu fecha para registro editorial)
Categoría: Churrascaría / Asador
